jueves, 2 de abril de 2015

Recomendaciones mandarinas

"La cultura española del siglo XX vivió dos inmensas derrotas irreparables: el fin de la democracia, en julio de 1936, y la disolución del exilio, un proceso que en los años setenta se puede dar como finiquitado" (Gregorio Morán)

Buenos días amig@s, de nuevo con vosotros en nuestra entrada mensual de Culture&Biz. Si recordáis, al final del post de enero mencionaba de pasada la última publicación de Gregorio Morán, El cura y los mandarines (Akal, 2014) y os recomendaba su lectura. Hay que resaltar que hasta la propia Planeta, editorial que como ya dijimos acabaría censurando la obra con el libro ya en la imprenta, le dedicaba estas elogiosas líneas al autor en su fallida contraportada:

"Gregorio Morán nos ofrece en este ambicioso libro una historia de la cultura española, y de sus protagonistas (...) seria y documentada, escrita con un sentido crítico y una sinceridad que consigue que los intentos anteriores en este terreno nos parezcan insustanciales. No hay duda de que la obra de Morán va a escandalizar por la dureza de sus juicios (...) pero la verdad es que, a partir de ahora, ninguna reflexión sobre la cultura española en la segunda mitad del siglo XX podrá prescindir de referirse a este libro."


Pues bien, hace algunas semanas tuve la oportunidad de asistir a la presentación del libro en la librería +Bernat. Y no defraudó Gregorio Morán, repasando 3 décadas largas de mandarinato (por mandarines entiende el autor aquel numeroso grupo de intelectuales -académicos, novelistas, poetas, políticos y artistas- que conforman la cultura institucional española de la segunda mitad del siglo XX).

Dejó algunas píldoras marca de la casa -"a diferencia de la Francia de posguerra, en nuestro país los mandarines eran de flan chino"-, y al ser interpelado por un lector sobre su, al menos en apariencia, "absoluta independencia del Poder", Morán destiló sabiduría: "la única independencia posible es la económica, o saber vivir con poco".


Montse Serrano y Gregorio Morán en +Bernat

Pero si traigo a colación de nuevo el libro del autor sabatino -cuyo omnipresente, necesario trasfondo político excede sin duda las competencias de este blog- es porque mientras le escuchaba presentarlo iba recordando la gran cantidad de lecturas recomendadas que se deslizan a lo largo de las casi 800 páginas de 'El cura...'

Y ésa sí me parece una buena manera de abordarlo para vosotr@s, ahora que se acerca la diada de Sant Jordi, seleccionando algunos de esos highlights literarios -en opinión del propio Morán- a modo de resumen, si no de la obra, sí del periodo cultural que la misma refleja, el comprendido entre los años 1962-1996 (los comentarios de cada obra son textuales del autor y han sido autorizados por la editorial; se cita a continuación la página a la que corresponden).

Sobre la piedra fundacional de La Regenta, de Leopoldo Alas Clarín (1885), "cima indiscutible y única, que con toda probabilidad ninguno de los escritores recientes había leído", Morán afirma que "el (siglo) XX no ofrece entre nosotros grandes relatos. Sin embargo produce obras definitivas para la prosa castellana -El ruedo ibérico, de Valle-Inclán (1927-1932), por ejemplo-."

"Pero hasta que lleguen los ambiciosos Campos de Max Aub (El laberinto mágico, 1943-68), trabajados en el exilio mexicano, y ese complejo mausoleo literario que serán las Herrumbrosas lanzas, de Juan Benet (1983-86), la novela española está plantada sobre dos referentes, dos vías que han llevado al tren a la estación Terminus: La Colmena, de Cela (1951) y El Jarama, de Sánchez Ferlosio (1955)." (p.166)

Y precisamente en 1955 finaliza una época -literaria e intelectual-, que tiene como mojón principal el fallecimiento ese año del filósofo Ortega y Gasset, al que Morán dedica su El maestro en el erial"Si el libro sobre Ortega y Gasset y la miseria intelectual del franquismo se cerraba con la muerte del filósofo en 1955, cabía considerar como una evidencia que tras el interinazgo de seis o siete años, en 1962 se entrara en una fase completamente diferente." (p.30) 

Es por tanto a partir de 1962 donde Gregorio Morán inicia su relato de 'El cura...', del que Culture&Biz selecciona 6 obras, de entre las muchas mencionadas por el autor:
  1. Tiempo de silencio, de Luis Martín-Santos (1962)
  2. La ciudad y los perros, de Mario Vargas Llosa (1962)
  3. Campo de los almendros, de Max Aub (1968)
  4. Si te dicen que caí, de Juan Marsé (1973)
  5. Días de llamas, de José Mª Pérez Prat (alias Juan Iturralde, 1978)
  6. Las herrumbrosas lanzas, de Juan Benet (1986)

"Tiempo de silencio es una viga maestra sobre la que se construirá la cultura literaria y política de los años venideros (...) Rompe con una tradición de la novela española en un siglo que no será fecundo en ellas (...) Una novela escrita en estado de gracia, en el punto de sazón exacto (...) Ahí queda como un mojón insuperable en nuestra novelística del siglo XX (...)

Hay mucha condensación de literatura, de pensamiento, de época y sobre todo de talento en esa novela que marca un antes y un después. Nada será igual después de la aparición de Tiempo de silencio, por más que los interesados se resistan a reconocerlo (...) Si hay un hombre que represente un salto, un cambio, una ruptura entre lo viejo y lo nuevo, entre lo institucional y lo radical, entre lo oficial y lo marginal, entendiendo por tal lo que está al margen de la dictadura pero no de la realidad y sus ambiciones, ése es Luis Martín-Santos." (p.163 y ss.)


"La ciudad y los perros, gran producto 'internacionalizable' de un peruano de 26 años, ambicioso y capaz (...) La novela latinoamericana envasada en Barcelona por Carlos Barral nace a todos los efectos con La ciudad y los perros y lleva la fecha de 1962 (...) Quizás no sea considerada como gran novela pero contiene descubrimientos de ciclo largo, de los que dejan huella. El deslumbrante talento narrativo del Vargas Llosa de entonces, presente ya en esta novela primeriza que parece anunciarnos a un joven limeño, arrogante y dispuesto (...)

Más narrador que constructor de estilo (...) la inclinación al folletín, las escenas filmadas con minuciosidad de camarógrafo, los diálogos como relato, la riqueza de expresión, el dominio de la jerga, todo eso está en 'La ciudad...', y hace de ella una novela iniciática; marcará una forma de escribir y un autor." (p.160)


"De Madrid, en retirada total, hacia Alicante. Allí es donde se va a desarrollar el último volumen de 'El laberinto mágico', el sexto, Campo de (los) almendros (...) Es una obra maestra de la desesperación, la quiebra y la naturaleza humana. El final de un régimen -la II República-, preñado de ambición humanísima de ser libres y el convencimiento de que ya no habría recuperación ni vuelta atrás (...)

La mejor novela con toda seguridad que escribió Max Aub y un auténtico reto literario de estilo y ritmo. Eso es Campo de almendros (1968); el final de la guerra, sobre la violencia, sobre el amor, sobre España (...) Pocas novelas hay en la segunda mitad del siglo XX, escritas en castellano, que (la) superen (...) Clausura de una vida literaria, la de uno de los más grandes y menos conocidos escritores españoles del siglo XX. Max Aub." (p. 339 y ss.)


"En este ambiente de cadáveres luminosos vacíos y descargos de conciencia impecables, parecía una congruencia cómica, para seguir con el juego de los imposibles, el que la novela de Juan Marsé Si te dicen que caí fuera prohibida. Había sido editada en Mexico unos años antes (1973), pero aún no era posible hacerlo en la España de la Transición. Era el de Marsé más que un testimonio, un trozo de historia cotidiana en la Barcelona brutal de la posguerra (...)

La impresionante novela de Marsé, quizá su mejor obra, se prohibía porque tocaba directamente al poder institucional, de por sí intocable (...) pero la cultura española podría al fin disfrutar por primera vez de El Gran Dictador. La obra maestra de Charles Chaplin, que el mundo había conocido en 1940, se estrenó en España el 6 de mayo de 1976." (p.600 y ss.)



"La vida de José María Pérez Prat es la historia de una ocultación, de las dobles personalidades (...) Alguien que conocía el oficio de narrar y que tenía su gran obra oculta, esa novela en la que había confiado tantas ilusiones y que no se vería publicada hasta que muerto Franco, consiga un editor (...)

Días de llamas no es precisamente una novela más sobre la Guerra Civil sino un libro excepcional, escrito por un tipo que conoce cómo se hace una novela, y que además de contarlo, logra trascribir el pálpito de la sublevación y sus consecuencias (...) Aparecerá publicada por la editorial barcelonesa La Gaya Ciencia en 1979." (p.498)


"¡Y pensar que él había presentado en sociedad, de nuevo 'urbi et orbe', nada menos que Herrumbrosas lanzas de Juan Benet!. Octubre de 1983 y el mundo va a cambiar de base, los ninguneados de ayer todo han de ser, diríamos remedando y falseando el viejo canto de la Internacional. Jesús Aguirre presenta la obra más acabada, y también esperada, de la literatura española de la Transición (...)

Digámoslo sin rubor ni reparo: 60 años de literatura española, exilio aparte, están compendiados en las figuras de C.J. Cela y Juan Benet. (...) ¿Qué son las Herrumbrosas lanzas? Para Juan Benet, la cima de su ambición (...) Leídas con paciencia las 645 páginas que constituyen el corpus es inevitable que a uno le salga un cierto tono retórico, impostado, ante esta empresa literaria hermosa e inútil. Hay mucho de artificial (...), en ocasiones la narración alcanza un altísimo nivel para caer inmediatamente en el sopor de la rutina literaria." (p.750 y ss.)


En cuanto a la literatura en catalán, afirma Morán: "(1964 es el momento del) resurgir de una cultura en lengua catalana con una fuerza notable y con base en Barcelona". Haciendo mención a una encuesta publicada ese año por Serra d'Or y en la que participaron los principales críticos literarios del momento, el autor afirma que "merece la pena señalar cómo en novela aparecen, al tiempo, La Plaza del Diamante, de Mercè Rodoreda, y Bearn de Villalonga; como en la poesía, Carles Riba y Salvador Espriu; y en el ensayo Joan Fuster, por encima de Vicens Vives y Ferrater Mora. En la biografía y la memoria van por delante Segarra y 'Gaziel' que el Josep Pla de los brillantes Homenots." (p.367)


Nada más por hoy, amig@s. Hasta el próximo post... ÓPERA! No olvidemos que ese año 'fundacional' de 1962 también hará su debut en el Gran Teatre del Liceu de Barcelona la insigne Montserrat Caballé, una de las tres grandes Divas operísticas de la segunda mitad del siglo XX -junto a Maria Callas y Joan Sutherland-. Hecho histórico sin duda, que por cierto olvida mencionar el amigo Morán en su obra. Y no será porque, según cuenta la leyenda, la soprano catalana no ejerciera también su particular mandarinato...






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