viernes, 1 de mayo de 2015

Sant Jordi no basta

"El tejido librero, hoy amenazado, es una de las claves más evidentes de nuestra salud cultural. En Francia se están desarrollando estrategias muy elaboradas de ayuda y subvención. Aquí, en este terreno, nos hallamos aún en los balbuceos de una política seria. Sant Jordi no basta" (Sergio Vila-Sanjuán)

Bienvenidos amig@s a un nuevo post sinfónico, este mes dedicado a recabar distintas reflexiones sobre los posibles "futuros" del libro impreso, con motivo de la reciente y exitosa diada de Sant Jordi. Sólo había que pasear ese día por cualquier barrio de Barcelona, e imagino que de cualquier ciudad o pueblo de Catalunya, para darse cuenta de que estamos ante la mejor tradición catalana de largo


De izquierda a derecha: Martha, música para el recuerdo
de Fernando Navarro, mi libro regalado este año; vista matinal
de la Llibreria Calders; apoyando la edición independiente de
66rpm con May González y Alfred Crespo; participando en la
lectura del Quijote en plena Rambla del Raval

Aunque como bien señala Vila-Sanjuán en la cita inicial del post, con Sant Jordi no basta. Lo que falta no es tanto cultura de los libros, sino cultura de la lectura. Pero no nos adelantemos y continuemos con la diada, porque tras tomar el aperitivo en una entrañable terraza ravalera nos dirijimos a la estación de Sants, a comprobar de nuevo las bondades del corredor mediterráneo... 

La cita obligada este año era con el IVAM, el Instituto Valenciano de Arte Moderno. Aprovechando una reunión fijada para estudiar acuerdos de colaboración entre Culture&Biz y la insigne institución, pudimos asistir a una mesa redonda convocada con motivo del Día Internacional del Libro, de título inequívoco: Present i futurs del llibreCon tres ponentes que son auténticas referencias culturales valencianas, y que nos brindaron su visión de la situación actual del libro desde sendos puntos de vista de su cadena de valor: la librería, la editorial y la biblioteca.


Sergio Adiego, de Valdeska, una librería de culto especializada en arte, actualmente sita en el número 47 de la calle del Mar, nos ofreció una disertación lúcida y divertida de título "Menos celebración y más atención". Sergio, que se autodefine con humildad como libretero ("me considero un tendero, la palabra librero es demasiado para lo que yo hago"), regenta desde hace más de 30 años su establecimiento, con criterio coherente: no admite ni presenta novedades, y su catálogo se centra por completo en arte, literatura y pensamiento, con alguna puntual incursión poética o musical.


Citando a Simon T. Bailey afirmó con rotundidad: "La cultura es la educación de la atención"Totalmente en contra de las celebraciones-tipo Día del... ("las institucionalizaciones crean mantos protectores"), se presentó como un indígena de las lecturas que trabajaba en una no-librería, "donde los objetos se convierten en cosas, y las cosas en libros, que son percibidos sin notarlos".

Con un hilo argumental centrado en la obra de Remo Bodei La vida de las cosas (mencionada por el propio ponente y en la que puede leerse que "los objetos se convierten en cosas en razón de investiduras cognitivas y afectivas de tipo personal"), reconoció que el día que visitó por vez primera la Biblioteca Pública de Estocolmo, ante la inmensidad de su fondo bibliográfico, "ese día murió el librero que un día pudo haber en mí". Su tarea principal desde entonces en Valdeska -ya como libretero- es "dar voz a las cosas mudas y ocultas en su simplicidad". 

Retomando el leitmotiv de su charla exclamó: "Huyo de las celebraciones porque las celebraciones implican certezas. Más dudas y menos certezas". Según Sergio, la situación cultural del país sigue siendo manifiestamente mejorable ("las librerías han estado mal siempre, desde hace treinta años"), y tanto los libreros como las editoriales y bibliotecas deben ofrecer recetas y actividades de taller si quieren sobrevivir, deben convertirse en artesanos
"El futuro del libro será artesanal, con lectores artesanales de libros y lecturas artesanales de libros" 
A pesar del tono escéptico que recorrió toda su intervención ("antes tenía esperanza en la poesía y en las personas, ahora tengo más esperanza en la relación humana concreta, pero sin esperar contrapartidas"), y quizás influenciado por la excelente acogida de la convocatoria del IVAM (la biblioteca se quedó pequeña para acoger el evento), se permitió finalizar con un mensaje optimista: 
"Dudemos a favor de quien venga detrás"
¿Habría escuchado el libretero el reivindicativo discurso de Goytisolo en la entrega del Cervantes, esa misma mañana? Quién sabe...

De izquierda a derecha: entrada del IVAM con el lema de este año
(En tránsito); aspecto de la biblioteca del museo durante la mesa
redonda; frase de El Lissitzky presente en una de las paredes de la
institución: "The book is becoming the most monumental work of art".

Por su parte, Manuel Borrás, responsable de la legendaria editorial independiente Pre-Textos (cumplirá 40 años de historia en 2016), hizo hincapié durante toda su intervención en la importancia de la lectura, cogiendo el toro por los cuernos ya de salida: "El problema no es que no se vendan libros, es que no se leen libros". Con ello hacía una crítica nada velada -y omnipresente a lo largo de su charla- al hecho de que "en muchas ocasiones son los propios editores los que publican sin haber leído".

Para el editor independiente, el principal enemigo del libro está dentro, y sería "el intrusismo de tanta mala literatura publicada". Los mandarines de la tecnología, según él, al imponernos la obligatoriedad de estar al día en todo y en todo momento ("lo que en verdad implica estar en ningún lado"), han favorecido una banalización cultural absoluta. 

"Ya no existen los críticos ni las críticas, ambos han desaparecido ante el maremoto y el anonimato de Internet, nadie fija las jerarquías"
Para Manolo Borrás, el secreto del éxito de Pre-Textos está precisamente en un criterio rigurosísimo de excelencia en el catálogo (apenas supera las 1.500 referencias), "lo que implica tener que decir que no a 99 de cada 100 autores".

Tras devolver el cumplido a su amigo Sergio -quien en su intervención anterior había declarado que "Pre-Textos es una no-editorial"- afirmando que "Valdeska es una librería con alma", finalizó su intervención poniendo auténticamente el dedo en la llaga: 
"La labor editorial debe SEDUCIR, crear un estado de perplejidad para así transmitir conocimiento. La edición es HACER PEDAGOGÍA"
En cuanto a Eloísa García, responsable de la biblioteca del IVAM y anfitriona del evento, no rehuyó la eterna dicotomía del mundo OFF/ON al afirmar categórica: "Ambos medios son complementarios, el cliente es de por sí mixto, él es quien decide según el momento". Y resaltó las que para ella son algunas de las ventajas claras de las nuevas tecnologías, como el crowdfunding:
"El micromecenazgo favorece la aparición y existencia de pequeñas editoriales y escritores noveles"
Por lo que respecta a los futuros del libro, la verdad es que la bibliotecaria vino a coincidir en síntesis con sus dos predecesores, con lo que nos quedó la duda de si no hubiera sido mejor hablar de futuro del libro, en singular: 
"La base de nuestra supervivencia son los libros de artista",
afirmando que el IVAM había sido pionero en su incorporación a los fondos bibliográficos (aprovechamos para recomendar desde aquí su exposición Construyendo Nuevos Mundos, 1914-1945, de la que Sergio Adiego afirmó que era "un compromiso del IVAM con el libro, es en sí misma un gran libro").

Para indagar un poco más en el concepto de libro de artista, al día siguiente, ya de vuelta en la Ciudad Condal, decidimos acercarnos al Arts Santa Mónica, al final de una Rambla ya mucho más transitable que el día anterior. Allí tenía lugar la exposición ArtsLibris, International Art Book Fair

De arriba a abajo: entrada del Arts Santa Mónica, vista parcial
del interior de la feria y stand de Set Espai d'Art (València)

Para los comisarios de la exposición, Mela Dávila y Moritz Küng, la primera dificultad es "definir qué se entiende por libro de artista": citando a Marcel Duchamp afirman que "un libro de artista es un libro de artista porque es el artista el que lo hace o quien dice que lo es". Y según Lawrence Weiner, uno de los pilares del mundo del libro de artista, "un libro es un libro, los artistas son personas, y las personas hacen libros".

Caramba, esto me recuerda a aquel ilustre profesor de filosofía de COU que se pasó todo el año diciéndonos que "la filosofia és una cosa que l'home fa"... El propio comisario Moritz Küng nos concreta un poco más:
"El llibre d'artista és 'hors catégorie', ofereix una lectura particular, visual o intel.lectual, és com un objecte, un espai alternatiu, una escultura, en valorem la seva fragilitat, el volum, el ritme, l'espai de les pàgines..."
Mucho mejor, ¿verdad?. Porque eso efectivamente es lo que se podía ver en ArtsLibris, donde tenías en todo momento la sensación de estar visitando un museo de arte, moderno o clásico en función del stand por el que pasaras. Delante tuyo se exponían objetos únicos, artesanales, extraordinariamente cuidados en su producción y en su contenido, y valorados ad-hoc, por cierto: en la feria podían adquirirse libros entre 10 y 15.000€.

En cuanto a la supuesta amenaza digital, Mela Dávila nos dice: "Algú ha dit que la pantalla és al llibre el que l'ascensor és a la escala: es complementen, no és una amenaça i no l'eliminará mai. Sempre s'imprimiran llibres per a determinades finalitats. Potser no tindrà sentit imprimir un manual de medicina que l'any següent ja estarà superat, però sí un llibre d'artista".

En fin, amig@s. Sin ponernos a juzgar cuántos de nosotros subimos en ascensor o preferimos las escaleras... éstas han sido las opiniones recabadas sobre "los futuros" del libro, bastante convergentes en todo el corredor mediterráneo, por lo que parece. Dicho lo de convergente sin ninguna intencionalidad política.

En síntesis de Culture&Biz: el futurible del libro pasa ineludiblemente por el presente de la lectura, y éste a su vez por una ingente labor pedagógica conjunta -padres, tutores, escuelas, autores, editoriales, librerías, bibliotecas- que sea capaz de transmitir una doble pasión a los jóvenes: por los contenidos atrayentes, por un lado, pero también por el continente atractivo

Si además contamos con una administración que no tema culturizar a sus administrados, miel sobre hojuelas. Os dejamos con un poco de música clásica. Hasta el próximo post.