domingo, 2 de julio de 2017

Música y Filosofía: voluntad y retorno



Buenos días amig@s, y bienvenidos a un nuevo post sinfónico de Culture&Biz®. De todos es conocida la máxima atribuida a Nietzsche "sin música la vida sería un error". Bien, verídica o no, lo que todo el mundo asume es que la música fue su gran pasión. Al parecer era un notable pianista, además de filósofo y filólogo.

Recordé sus palabras cuando -buceando entre los estantes de Laie- cayó entre mis manos el libro de Thomas Mann "Schopenhauer, Nietzsche, Freud", editado por Alianza Editorial.


La filosofía de Schopenhauer, en palabras de Mann, fue "sentida siempre como una filosofía eminentemente artística, más aún, como la filosofía por excelencia de los artistas". Desde luego, Richard Wagner lo corroboraba, definiendo el pensamiento del polaco como "un verdadero regalo del cielo".

Para Mann, esto era así porque el artista ejercía una función mediadora "entre el mundo superior y el inferior, entre la Idea y el fenómeno, entre el espíritu y la sensibilidad". De hecho, por lo que parece, "el símbolo mismo de la Luna -símbolo cósmico de mediación- es peculiar del arte".

Y entre todas las artes, Schopenhauer ensalzaba la música como ningún otro pensador lo hubiera hecho antes. Para él, la música, a diferencia de las demás formas de arte, que son "reproducción de los fenómenos", era "la reproducción inmediata de la Voluntad misma", representaba verdaderamente lo metafísico. El único lenguaje que puede expresar "la quintaesencia de la vida".

Según Thomas Mann, para Schopenhauer "el arte y la filosofía son quietistas, no quieren cambiar nada, sino sólo contemplar". En cuanto a Nietzsche, el autor de La montaña mágica nos revela en el libro que "ningún otro arte estuvo tan cerca de su corazón como la música".

Nietzsche, filósofo especialmente querido en este blog, era un "amigo de la vida", y en su pensamiento predominaba el concepto de cultura, que es casi equiparado a la vida misma. "La cultura es la aristocracia de la vida (...) y la vida es arte y apariencia".
"Música y lágrimas -escribió Nietzsche en una ocasión-, yo apenas sé mantenerlas separadas" (Thomas Mann)

Schopenhauer, Nietzsche. Nietzsche, Schopenhauer. A pesar de su misoginia, sabida pero en absoluto compartida, está claro que ambos pensadores consideraban que el arte aportaba un grado de verdad superior, sólo alcanzable a través de la intuición, no mediante la reflexión razonada. Por eso nos gusta, ¿verdad?
"Pues el arte, que acompaña al hombre en el difícil camino que le lleva a sí mismo, siempre ha llegado ya a la meta" (Thomas Mann)

Hasta el próximo post, os dejamos con el liebestod del Tristan und Isolde, que lo disfrutéis.





PS.- Para profundizar sobre el tema, y comprobar que también otros filósofos como Hegel, Kant o Rousseau otorgaron a la música un papel extraordinariamente relevante, recomendamos la lectura de Filosofía de la música, de Massimo Donà, quien nos sacude ya de entrada: "más que aquella que solemos llamar 'música clásica' (o culta) es el jazz el que nos permite experimentar una verdad tan extraordinaria..."