jueves, 2 de marzo de 2017

La utopía cultural (II)

"This culture is not the decoration added after a society has dealt with its basic needs. Culture is the basic need - it is the bedrock of society" (John Hawks

Tres son las acepciones clásicas de cultura: cultura como arte, cultura como civilización y cultura como fundamento de la vida social. Y es esta última la que deberíamos priorizar, porque es precisamente la cohesión social lo que está en peligro.

Por tanto, cultura y sociedad, para empezar. Y una sociedad que sea sostenible. Aquí es donde entra en juego el segundo concepto a considerar por toda política cultural que se precie de serlo: la cultura como pilar de la sostenibilidad, en concreto su cuarto pilar -social, económico y ambiental serían los otros tres (2).

O sea, una cultura social y sostenible. La ética sería el tercer ingrediente imprescindible. Un concepto de ética cultural que, en palabras de Coelho "sea capaz de crear las condiciones para que las personas inventen sus propias metas"(3). Ahora ya sí que estamos en condiciones de empezar a posicionarnos. Como gestores o agentes culturales, deberíamos centrar nuestra mirada en los más necesitados de cultura, con una visión sostenible a largo plazo e intentando formar ciudadanos autónomos.


Teixeira Coelho

Autónomos en el sentido nitzscheniano más puro, con voluntad de poder capaz de "criticar lo que es universal por lo que es particular" -Coelho dixit-; capaces de transformar l'habitus -el ser- de Bordieu mediante el arte como "ampliación de ese ser". Recordemos que el filósofo alemán -gran amante de la música- ya lo relataba con claridad en su Zaratustra: "el creador busca quien le acompañe en su labor creadora, quien escriba nuevos valores en nuevas tablas". 

Ciudadanos y críticos. De aquí sacamos dos conceptos más para nuestra utopía. Las políticas culturales son útiles si se realizan a pie de territorio. Han sido precisamente los grandes ayuntamientos los que han liderado -financiera y conceptualmente- la difusión cultural los últimos treinta años (con un concepto ético a veces revisable, todo sea dicho). Por otro lado, las políticas culturales sólo son políticas si son críticas con el statu quo. La cultura será crítica o no será.

En definitiva, desde Culture&Biz apostamos por una cultura social, sostenible, ética, local y CRÍTICA. ¿Pero crítica con quién? Aquí tocamos hueso. Con el Poder, por supuesto. Y llegados a este punto no valen medias tintas: en este país -incluyo Catalunya- tenemos la obligación de ser extraordinariamente críticos con el poder político. En el último post de la serie veremos porqué. Un saludo+.



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Notas:

(2) The fourth pillar of sustainability. Culture’s essential role in public planning. Hawkes, J. Cultural Development Network (Vic). 2001
(3) El concepte de cultura en la política cultural. Teixeira Coelho. FUOC, UdG. 2015